Modalidad de trabajo
En tiempos actuales, las exigencias en la búsqueda de un espacio maternal ha cambiado radical y positivamente, ya que las familias que llegan a nuestro Jardín no sólo vienen en búsqueda de un espacio de cuidado, si no que se acercan con otras intenciones en donde anhelan garantizar una armonía integral en el desarrollo de sus hijos; enfocan su mirada de cuidado no sólo en el bienestar social y afectivo, sino en que estos cuidados estén sostenidos en procesos de enseñanza y de aprendizajes realmente significativos. Entonces nosotros como escuela maternal tenemos el compromiso de garantizar una excelencia y extrema calidad en el servicio educativo que ofrecemos, ya que todos sabemos que la constitución como lugar alternativo de la crianza es lo que está en juego fundamentalmente en el apuntalamiento social/grupal de una función que ya no es posible de ser absorbida únicamente en la familia de origen. Es por esta razón que no debemos perder de vista la especificidad que apunta el nivel en que desarrollamos nuestra tarea, en el traslado de las variables didácticas, de los objetivos y metodologías de otros niveles diferentes al maternal. Sobre este riesgo nos apoyaremos en definir una didáctica específica para desempeñar nuestra practica siendo fieles a nuestro Proyecto Institucional y a circunscribir un terreno propio con objetivos específicos y metas esenciales a nuestra Filosofía de trabajo.
Es nuestro propósito que para que los cuidados y aprendizajes coexistan ricos y posibles, tanto en el seno de la familia como en el Jardin hace falta una gran tarea mancomunada que atraviese todas las experiencias en todo momento, y que consiste en acompañar laconstrucción subjetiva de los pequeños (Formación personal y social), es decir el hacerse humanos independientes, construir aparato psíquico, construir capacidad de pensamiento, integrarse, ingresar en el terreno del aprendizaje, comenzar a significar el mundo, aprender el vínculo, relacionarse afectivamente, aprehender el lenguaje, integrarse a la cultura, definir su individualidad, todas estas funciones que hasta hace unos años atrás ocurrían casi exclusivamente en el ámbito familiar, ahora es tarea compartida. Aparece entonces ante nosotros una función básica y específica a desempeñar e involucrarnos plenamente teniendo en claro esta función que no estaba contenida en los otros niveles del sistema educativo. La subjetividad, se construye a lo largo de toda la vida, pero en estosprimeros años, especialmente los dos primeros, el niño padece la máxima fragilidad física y psíquica en donde depende de los otros para poderser y sobrevivir teniendo un estado de indefensión total para con su entorno inmediato; es por ello que tenemos la inmensa responsabilidad social y educativa de criar a estos pequeños bajo líneas de acción (pedagógicas/coherentes/consecuentes y fundamentadas en nuestro PI) acordadas con las familias, además de la huella emocional que uno deja en la primera infancia siendo sumamente importante para la construcción de aprendizajes, así como también condicional de futuras experiencias escolares.
Desde este punto de vista, ponerle un nombre a la didáctica a desarrollar en nuestro jardín maternal, intentar nominarla buscando su especificidad, nos parece una intervención que tiende a la creación porque hace visibles rasgos significativos de lo que podría ser un buen cambio de perspectiva para aquellos que ya hemos explorado conscientemente el nivel marcando la diferencia.
Que tendremos en cuenta como Profesionales
Habilidades propias de la Ternura:
Dos habilidades propias de la ternura: la empatía, que garantizará el suministro adecuado (calor, alimento, arrullo /palabra) y como segundo fundamental componente: el miramiento. Tener miramiento es mirar con amoroso interés a aquel que se reconoce como sujeto ajeno y distinto de uno mismo.
Envoltura de cuidados y envoltura narrativa, envoltura sonora mediada por la ternura. Un niño que ingresa al jardín maternal está necesitado específicamente de esos cuidados envolventes, que a su vez le permitirán pensar y aprender. El aprendizaje es un objeto queemerge en una trama vincular psico-social. La didáctica del jardín maternal, más que una teoría de la “enseñanza”, debería remitirse en una primera instancia a una teoría del “vínculo”. El vínculo y la ternura: dos grandes contenidos. La ternura como portadora de aquellas atribuciones de las funciones maternante y paternante: contener, envolver, organizar, procesar los sentimientos indiscriminados que a veces agobian a los bebés. La ternura como sostén para atravesar ese espacio de tiempo y de historia en que el niño inaugura su condición humana. El vínculo como trama en el que se sostiene la posibilidad de construir su subjetividad.
En el jardín maternal, el cuerpo, la voz y la escucha disponibles de la maestra se convierten en un factor fundamental de la planificación: en los objetivos, en las acciones y en los materiales. Como objetivos: contener, integrar, entender, envolver, observar, significar. Como acciones: abrazar, acariciar, cantar, jugar, estar en el plano para que puedan acceder a ella cuando lo necesiten. Como recursos y materiales: voz sonora, amorosa por conocida y cargada de significaciones afectivas, generadas cada vez que la maestra cantó para dormir, para calmar un dolor, para consolar, para jugar y divertirse; cuerpo piernas/brazos/manos cargados de significaciones porque abrazaron, acariciaron, fueron soportes para pararse, bailaron compartidamente la música que tanto placer les dio. Ojos y oídos receptores, atentos, entregados. Tal es la envergadura de la presencia corporal de la maestra, de su escucha y su disponibilidad.
¿La ternura se aprende? ¿Se enseña a prodigar ternura?
Podríamos decir que el jardín se produce produciendo vínculo, y no administrando relaciones previamente constituidas. Los niños que llegan al jardín maternal sufren aun cierta “invalidez” en la posibilidad autónoma de establecer vínculos, por su misma condición de humanos tan pequeños. Los padres que traen a sus chicos delegan parte fundamental de su tarea de crianza, muchos sufren “cierta invalidez” al dejar a sus hijos al cuidado de otras personas. Algunos toman la decisión rápidamente o llegan al jardín con la decisión tomada. Pero otros no. Registrar si los padres dejan a sus hijos con temor, o si los dejan sin asumir que los dejan, o si “decidieron” dejarlos, suelen ser apreciaciones importantes.
La didáctica de la ternura tiene a su favor algunas particularidades: que como mira y piensa al otro antes que ninguna otra cosa, rara vez le pasarán desapercibidas las competencias e incompetencias de sus destinatarios. Como está fundada en la empatía, pocas veces no llegará a producir una situación de encuentro. Y por último, como exige vínculo, compromete integralmente a las partes, lo que mitiga en cierta forma la abrumadora condición de desamparo de los unos y / o de los otros.
Hace falta una enorme empatía de los todos los actores escolares involucrados (fundamentalmente los maestros) con los padres para poder acompañarlos en ese tránsito por el jardín.
Didáctica de la ternura
Aparece entonces ante nosotros una función básica y específica a desempeñar e involucrarnos plenamente teniendo en claro esta función que no estaba contenida en los otros niveles del sistema educativo. La subjetividad, se construye a lo largo de toda la vida, pero en estos primeros años, especialmente los dos primeros, el niño padece la máxima fragilidad física y psíquica en donde depende de los otros para poder ser y sobrevivir teniendo un estado de indefensión total para con su entorno inmediato; es por ello que tenemos la inmensa responsabilidad social y educativa de criar a estos pequeños bajo líneas de acción pedagógicas / coherentes / consecuentes y fundamentadas en nuestro PI, acordadas con las familias, además de la huella emocional que uno deja en la primera infancia siendo sumamente importante para la construcción de aprendizajes, así como también condicional de futuras experiencias escolares.