Es nuestro propósito, como escuela, para que los cuidados y aprendizajes coexistan ricos y posibles, tanto en el seno de la familia como en el Jardin hace falta una gran tarea mancomunada que atraviese todas las experiencias en todo momento, y que consiste en acompañar la construcción subjetiva de los pequeños (Formación personal y social), es decir el hacerse humanos independientes, construir aparato psíquico, construir capacidad de pensamiento, integrarse, ingresar en el terreno del aprendizaje, comenzar a significar el mundo, aprender el vínculo, relacionarse afectivamente, aprehender el lenguaje, integrarse a la cultura, definir su individualidad, todas estas funciones que hasta hace unos años atrás ocurrían casi exclusivamente en el ámbito familiar, ahora es tarea compartida.

Nuestro propósito

Aparece entonces ante nosotros una función básica y específica a desempeñar e involucrarnos plenamente teniendo en claro esta función que no estaba contenida en los otros niveles del sistema educativo. La subjetividad, se construye a lo largo de toda la vida, pero en estos primeros años, especialmente los dos primeros, el niño padece la máxima fragilidad física y psíquica en donde depende de los otros para poder ser y sobrevivir teniendo un estado de indefensión total para con su entorno inmediato; es por ello que tenemos la inmensa responsabilidad social y educativa de criar a estos pequeños bajo líneas de acción pedagógicas / coherentes / consecuentes y fundamentadas en nuestro PI, acordadas con las familias, además de la huella emocional que uno deja en la primera infancia siendo sumamente importante para la construcción de aprendizajes, así como también condicional de futuras experiencias escolares.

 
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